miércoles, 29 de octubre de 2003

La Quintrala: Un retrato de la chilenidad

En su saga \'Tres Nombres para Catalina\', Gustavo Frías refleja "este mundo bipolar, que besa el aire para adorar a Dios, pero también se hinca, se santigüa y se golpea el pecho. Esa especie de verdad oculta que mantiene siempre este país, en que no nos atrevemos a reconocer lo que somos.

Por Vivian Lavín
Publicado el 10 Oct 2003
(adaptación Paulette Dougnac)

Gustavo Frías es especialmente conocido por su labor en el cine, donde ha sido guionista de películas tan exitosas como Julio Comienza en Julio, Caluga o Menta y Amnesia. Sin embargo, encontró una importante veta como novelista y ha escrito una enorme cantidad de páginas sobre un personaje que, a pesar de haber sido tratado anteriormente por otros autores, parece tener una fuerza inagotable. Si bien hay quienes han escrito acerca de la Quintrala a través del rigor histórico, Gustavo Frías usa un recurso poco común en la literatura chilena: se basa en un personaje real para construir un libro de ficción.

La Doña de Campo Frío, novela pronta a publicarse, forma parte de la saga Tres Nombres para Catalina, de Frías. La obra se inspira en la vida de Catalina de los Ríos y Lisperguer, La Quintrala. El primer libro de la serie, Catrala, ganó el premio del Consejo Nacional del Libro a la mejor novela del año en 2002. Su sucesora, La Doña de Campo Frío, abre el camino para una tercera parte, que ese espera para el 2004 y que se titulará Quintrala.

- ¿De qué se trata esta segunda novela dedicada a la Quintrala?-

Se trata de acontecimientos que históricamente deben haber ocurrido, porque Catalina de Los Ríos y Lisperguer existió, y se casó con don Alonso de Campo Frío. Pero toda la fábula de por medio, por supuesto es en gran parte inventada.

- ¿Por qué señala que la historia de la Quintrala puede considerarse una leyenda fundacional?-

Básicamente por su permanencia. La leyenda fundacional tiene varias características, una de ellas es que trata no sólo de los conflictos entre seres humanos, sino también de las relaciones entre las sociedades y sus dioses. Catalina debe haber tenido una relación muy particular con dos conceptos de Dios, el que trataban de imponer los católicos y el que había heredado de la tribu indígena a la cual pertenecía, los Aconcagua. Para toda la descripción de esa tribu, que aparece en la primera parte de La Doña de Campo Frío, no tenemos absolutamente ningún antecedente, porque esa cultura desapareció debajo de los españoles.

- ¿En qué se basó usted para construir este relato sobre la Quintrala?-

Antecedentes históricos tengo poquísimos, tan pocos que hasta se logran deduciendo acerca de la existencia de Catalina de los Ríos, ya que la historia habla muy poco de ella. Sí se habla de la familia Lisperguer, que fue sumamente importante durante la colonia, y en especial de la abuela de Catalina, doña Águeda Flores, que era alemana mezclada con indio Aconcagua. De ahí me permití deducir que este personaje mestizo de doña Catalina de Los Ríos debía tener muy próximos a sus dioses indígenas, de modo que tiene una búsqueda doble de Dios: por un lado el Dios católico, y por otro lado el Dios indígena.

- El personaje de la Quintrala ha sido bastante asediado en la literatura chilena. Sobre ella han escrito autores como Benjamín Vicuña Mackenna, Magdalena Petit y Mercedes Valdivieso, entre otros. ¿Por qué se decidió usted a escribir una novela sobre ella?-

Esta idea nació de la propuesta que me hizo una antigua actriz chilena de la época de Chile Films, que tiene una empresa productora de cine en Estados Unidos. Ella quería hacer una película basándose en el personaje de la Quintrala y por eso acudió a mi, para que hiciera un guión de cine. Cuando me puse a investigar sobre esto descubrí que detrás de la supuesta historia de Catalina de los Ríos - porque históricamente es muy poco lo que se sabe de ella - había una descripción impresionante del país, con todos sus méritos y desméritos. Nuestra falta de identidad, nuestra hipocresía, la manera en cómo ocultamos nuestro pasado permanentemente, todas esas cosas estaban presentes en la historia de ese tiempo, cuando estaba creándose nuestra nacionalidad. Entonces encontré que era casi un paradigma, más que un tema. Y al comenzar a escribir no me salía un guión cinematográfico, lo que me salía era una novela, que primero fue una, luego tres, y actualmente ya son cinco novelas, porque curiosamente el tema se extiende de manera impresionante y casi a pesar mío.

- Numerosos críticos han señalado que \'Tres Nombres para Catalina\' deja al descubierto las raíces de la chilenidad. ¿Qué le parece este comentario?-

Yo creo que así es, ya que penetra en nuestras raíces históricas. La Doña de Campo Frío es una novela mucho más larga que la primera, tiene 700 páginas, y es inevitable nuestra identificación con el mundo allí descrito. Este mundo bipolar, que, por una parte besa el aire para adorar a Dios y, por otro se hinca, se santigüa y se golpea el pecho. Este mundo de dos formas todo el tiempo, esa especie de verdad oculta que mantiene siempre este país, en que no nos atrevemos a reconocer lo que somos.